Caminando Juntos: Cómo Fortalecer la Vida Espiritual en Pareja Durante el Servicio Diaconal - Diaconado Diócesis de Pereira

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El Diaconado Permanente en la Diócesis de Pereira es un ministerio de servicio, entrega y comunión, al estilo de Cristo servidor.

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martes, 22 de julio de 2025

Caminando Juntos: Cómo Fortalecer la Vida Espiritual en Pareja Durante el Servicio Diaconal


 El diaconado permanente es un llamado que afecta no solo al hombre ordenado, sino también, y de manera profunda, a su esposa y a toda su familia. La vida espiritual en pareja se convierte en un pilar fundamental para sostener el ministerio diaconal. No se trata de un camino fácil; las exigencias del servicio pueden poner a prueba la relación. Sin embargo, con intencionalidad y esfuerzo, es posible no solo mantenerla, sino fortalecerla y crecer juntos en la fe.

Aquí te ofrecemos algunas claves prácticas para que, como pareja diaconal, su vida espiritual sea un motor y un refugio:

1. La Oración: El Latido del Corazón Espiritual de la Pareja

La oración no es solo una obligación; es el oxígeno de la relación con Dios y entre ustedes.

  • Oración diaria en pareja: Aunque sea por unos pocos minutos, dediquen un momento cada día para orar juntos. Puede ser al levantarse, antes de dormir, o en un momento específico. Recen el Padre Nuestro, un Ave María, o simplemente compartan intenciones y den gracias. La constancia es más importante que la duración.

  • Lectura compartida de la Palabra de Dios: Escojan un pasaje corto del Evangelio o de las lecturas del día y medítenlo juntos. Compartan lo que les resuena, las preguntas que les surgen o cómo pueden aplicarlo a su vida. Esto alimenta su fe y les da un lenguaje común.

  • El Rosario en familia: Si tienen hijos, el rezo del Rosario puede ser una hermosa tradición familiar que los une espiritualmente. Adapten el ritmo y la duración a la edad de los niños.

  • Oración espontánea: No todo tiene que ser formal. Ofrézcanse mutuamente una oración en momentos de dificultad, alegría o cuando uno de los dos se sienta abrumado.

2. El Discernimiento Compartido: Tomando Decisiones con Dios

El servicio diaconal implica decisiones constantes. Incluir a tu esposa en el discernimiento no es una opción, es una necesidad.

  • Diálogo abierto sobre el ministerio: Hablen de las responsabilidades pastorales, los desafíos y las alegrías del servicio. Que tu esposa se sienta partícipe y no solo espectadora de tu ministerio.

  • Discernir juntos los nuevos compromisos: Antes de aceptar una nueva tarea o responsabilidad en la parroquia, háblenlo en pareja. Evalúen cómo afectará su tiempo, sus energías y su vida familiar. El "sí" al ministerio es un "sí" de los dos.

  • Buscar dirección espiritual en pareja: Si bien cada uno puede tener su propio director espiritual, en ocasiones puede ser muy útil buscar un sacerdote o un matrimonio guía que los acompañe en su camino espiritual como pareja.

  • Evaluar periódicamente: Cada cierto tiempo, hagan un "chequeo" de cómo se sienten con el equilibrio entre el ministerio, el trabajo y la familia. ¿Hay algo que necesite ajustarse? ¿Se sienten desbordados? La honestidad es clave.

3. El Sacramento del Matrimonio: Fuente de Gracia y Fortaleza

El Sacramento del Matrimonio es la gracia que los sostiene y los capacita para vivir el diaconado.

  • Celebración de la Eucaristía juntos: Asistan a misa en pareja tan a menudo como sea posible, no solo cuando el diácono está sirviendo. Recibir la comunión juntos fortalece su unión en Cristo.

  • Reconciliación personal y en pareja: Acudir al Sacramento de la Reconciliación regularmente es vital para el crecimiento espiritual individual y como pareja. La gracia del perdón purifica y renueva.

  • Momentos de intimidad y conexión: No dejen que las responsabilidades pastorales o laborales roben el tiempo para la intimidad física y emocional. Estos momentos nutren el amor conyugal y son esenciales para su bienestar.

  • Recordar su "sí" matrimonial: Vuelvan a las promesas que hicieron el día de su matrimonio. Esas promesas son la base de su vida juntos y del servicio que ofrecen a Dios.

4. Apoyo Mutuo: Ser el Principal Creyente del Otro

Tu esposa es tu primera feligresa, y tú, su principal apoyo.

  • Escucha activa y empática: Cuando uno habla de sus frustraciones o alegrías, el otro escucha sin juzgar, ofreciendo apoyo y consuelo. Validar los sentimientos del otro es fundamental.

  • Aliento y reconocimiento: Celébrense mutuamente los logros, por pequeños que sean. Reconozcan el esfuerzo y el sacrificio que cada uno hace por la familia y por el ministerio.

  • Tiempo de descanso y recreación: Asegúrense de tener tiempo para actividades que disfruten juntos y que los ayuden a desconectarse del estrés. Esto refresca el espíritu y renueva la energía.

  • Comunidad de apoyo: Busquen otras parejas diaconales o matrimonios amigos con los que puedan compartir experiencias, rezar juntos y apoyarse mutuamente. Saber que no están solos es un gran consuelo.

Caminar juntos en la vida espiritual mientras se sirve al diaconado es un desafío, sí, pero es también una de las mayores bendiciones. Es la forma en que el Sacramento del Matrimonio y el Orden Sagrado se entrelazan para dar testimonio del amor de Dios en el mundo. Al fortalecer su unión en Cristo, no solo enriquecen su propia vida, sino que también se convierten en un faro de esperanza para la comunidad a la que sirven.

¿Qué prácticas han encontrado ustedes más útiles para fortalecer su vida espiritual en pareja? ¡Nos encantaría leer sus experiencias!

Redacción: Carlos Alberto Isaza Bonilla


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